9 de septiembre de 2009

A todos los que alguna vez han hecho daño...

Ojalá nunca os rompan el corazón como vosotros lo habéis hecho,
ojalá nunca paséis las horas muertas llorando,
ojalá nunca estéis recordando a esa persona desde amanecer hasta acostaros,
y ojalá no compenséis las horas durmiendo soñando con ella.

Ojalá nunca estéis pendiente del teléfono por si se lo piensa y llama,
ojalá no tengáis que estar reprimiéndoos de mandarle un mensaje para decirle "te echo de menos",
ojalá nunca paseéis por las calles recordando,
y ojalá nunca, a la vez que recordando, buscándola entre la gente.

Ojalá nunca tembléis cuando os la encontréis por la calle,
ojalá nunca os estremezcáis cuando creáis escuchar su voz a vuestra espalda,
ojalá nunca tengáis que pasar los días escuchando canciones tristes,
y ojalá nunca las que os ataban a ella.

Ojalá nunca tengáis que escucharla
cuando os cuenta lo bien que está sola,
cuando os cuenta sus proyectos, sus nuevas ilusiones, sus anécdotas
y que la vuestra sea sólo estar con ella.

Ojalá nunca sintáis que podríais matar por acariciar su pelo,
o matar si sabéis que otro lo toca,
o morir si otro lo toca,
o sentir morir de pura pena.

Ojalá nunca os sintáis identificados con esas canciones
que hablan de desamor, de tristeza e impotencia,
ojalá nunca se os revuelvan las entrañas
cuando en la radio suene esa canción que era vuestra.

Ojalá nunca os sintáis como me siento yo ahora,
que después de hacer daño he sido herida,
porque sin haber sabido lo que era
nunca he gozado del sufrimiento de otra persona.

Ojalá nunca sepáis cuánto puede doler el corazón
como si luchase con cada latido
para poder sentirse vivo
aunque el alma ya esté muerta.

Ojalá nunca os lleven vuestros pasos
en un paseo sin daros cuenta
hasta casi la misma puerta
de quien os rechaza y no quiere saber de vosotros.

Ojalá nunca tengáis que escuchar
un "estoy mejor sin tí"
o un "me he cansado de tu presencia"
cuando antes os prometían el cielo.

Ojalá nunca os sintáis así de engañados,
de impotentes, de confundidos,
de no comprender qué ha pasado
ojalá nunca os paséis las horas intentando entenderlo.

Y ojalá nunca os sintáis sin respuesta
de que de la noche a la mañana cambien las cosas,
ojalá nunca os digan hoy "te quiero"
y mañana un "hasta nunca".

Porque entonces conoceréis el sufrimiento,
las ganas de morir para no sentir nada,
y ojalá nunca os quedéis, como yo,
como alma en pena por no ser ya amada....

0 comentarios:

Publicar un comentario